3.8.11

GNOSIS
"UNA SABIDURÍA INMORTAL"

   El hombre es una combinación de FUERZA, MATERIA Y CONCIENCIA, junto con otras energías agregadas a ésta última y que constituyen lo que se conoce por PSIQUIS; en otras palabras diríamos ESPÍRITU, CUERPO Y ALMA. Estos tres componentes se interrelacionan en cada criatura según su ansia de ser, según su calidad moral, según su nivel de vibración.

   Todo ser en el Universo, sin importar su magnitud, desde un átomo a una galaxia, desde un ser inanimado a otro animado, se mantiene integrado por el Amor Universal en un TODO ABSOLUTO Y ABARCANTE, siendo la ignorancia o ausencia de conocimiento, la que crea la ilusión de separatividad y de inexistencia de un Principio Inteligente, Coherente y Ordenador del Cosmos, Arquitecto de la Creación y al que se supeditan todas las criaturas.

   La MATERIA que constituye su cuerpo físico, es la condensación de los cuatro elementos de la Naturaleza (Fuego, Aire, Agua y Tierra), basamento de la Creación, pues constituyen la síntesis ultima de los elementos minerales, ácidos y de todo complejo vitamínico de cualquier organismo vivo. La matriz es el ÉTER y se organizan ordenadamente en jerarquías de átomos, moléculas, células, tejidos y órganos. Todo regresa a la matriz, de aquí el siguiente axioma: 

“Recuerda que eres polvo y en polvo te has de convertir.” 

   La FUERZA o ESPÍRITU, es su SER ÍNTIMO, el Principio Eterno e Inmortal que constituye su Verdadera Realidad, su DIVINIDAD INDIVIDUAL o INDIVIDUALI DAD SAGRADA.

   La FUERZA pasa al mundo de la manifestación cósmica desdoblada en tres Principios Eternos. La Ciencia los ha llamado positivo, negativo y neutro. La Religión, Padre, Hijo y Espíritu Santo o Brahma, Vishnu y Shiva o Osiris, Isis y Horus o Ometecuhtli, Omecihuatl y Quetzalcoatl o Inti, Pachamama y Viracocha o... distintas terminologías para nombrar lo mismo. Y la Filosofía, El PRINCIPIO DE SABIDURÍA UNIVERSAL, EL PRINCIPIO DEL AMOR UNIVERSAL y EL PRINCIPIO DE PODER UNIVERSAL. Pero por la limitada capacidad de concebirlos el entendimiento humano, sólo puede aprehender derivados o modulaciones.

   Así como el viento modulado por una flauta, se convierte en música, así la Sabiduría modulada por la particularidad de un ser humano en el diario vivir, lo hace en Comprensión y Experiencia. Del mismo modo el Amor modulado por el sufrimiento trascendido y sublimado, se transforma en Sentimiento. De igual forma, la modulación del Principio Poder por los esfuerzos en la vida se hace Voluntad.

   Como nexo de unión del ESPÍRITU y el CUERPO, lo que llamamos ALMA o PSIQUIS, que es un compendio de las virtudes más valoradas en un ser humano, debe cristalizar inteligentemente de acuerdo a los impulsos secretos del Ser Interno. Algunas de estas virtudes son la filantropía, la caridad, la constancia, la abnegación, el honor, la honradez, la valentía, la fe, la paz, la paciencia, la esperanza, la compasión, la humildad, la diligencia, la mística, la castidad, la templanza, etc. Todas ellas, o bien sus antítesis, originan las actividades psicológicas naturales de la conducta humana, tales como la conciencia, la voluntad, el pensamiento, la emoción, anhelos, inquietudes, etc., así como las sobrenaturales, que desde remotos tiempos fueron catalogadas de facultades, virtudes, poderes, atributos mágicos o sencillamente de milagros, tales como la clarividencia, la telepatía, la intuición, alta magia, hipersensibilidad psíquica, levitación, poder de curación, mantenimiento de la longevidad o Elixir de la Juventud, etc.

   El ALMA o PSIQUIS (aunque no son exactamente lo mismo), más o menos enrarecida o densa según cada individuo, debe integrar el CUERPO ESPÍRITU. Esta PSIQUIS se manifiesta en el plano humano bajo tres aspectos bien diferenciados; estos son:

   La Esencia, una fracción del ALMA que se encarna en todo ser que nace a la vida, que le da hermosura, candidez, naturalidad, haciendo bello y adorable todo niño recién nacido. La Esencia constituye en sí misma su verdadera realidad, su luz, el reflejo humano de lo que sería el SER o ESPIRITU y contiene todos los datos necesarios para la Auto-Realización íntima del Ser. A medida que se desarrolla y potencia la Esencia nos confiere belleza interior, de tal belleza emana la felicidad perfecta y el verdadero amor, pues posee múltiples sentidos de perfección y extraordinarios poderes. Pero la Esencia sólo puede desarrollarse a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios dirigidos intencionalmente a tal fin.

   El Ego o Yo, un nudo que frena y entorpece la emanación fluídica de la corriente del SER hacia la MATERIA, robando su Luz a la Esencia, embotellándola y volviéndola inactiva, impotente e inoperante. El Ego es múltiple en su constitución; está agregado a la Esencia, contrario en su idiosincrasia a la misma, es decir, representa el egoísmo, el odio, la violencia, la soberbia, la lujuria, la envidia, la avaricia, la pereza, etc., por lo que es el reflejo de todos los defectos psicológicos humanos, complejos, traumas, abusos, fobias, vicios, angustias, depresiones, conflictos, preocupaciones, etc. Es el verdadero artífice de todas las lacras sociales, sufrimientos, infelicidad, enfermedades, problemas, hambres, guerras, etc. El ego debe ser disuelto, previa comprensión del mismo, para que la Esencia despierte, se ilumine y quede en total libertad para regresar al seno del Ser.

   La Personalidad es un vehículo a través del cual se puede expresar el Ego o la Esencia; un conjunto de valores energéticos educacionales, implantados en un individuo en parte por la herencia genética y en parte por el entorno social, cultural, familiar, laboral, histórico, geográfico e incluso medioambiental. En la Esencia tenemos lo que es propio, natural, espontáneo; en la Personalidad lo que es prestado, aprendido, educado.

    La Esencia es inmortal. El Ego, tuvo un principio y tendrá su fin, aunque perdure en el tiempo. La Personalidad, es efímera, sólo sirve para el tiempo de una existencia.

   La aparición del ser humano sobre el tapete de la existencia (no importa la edad cronológica), no tiene más finalidad que tomar conciencia de su particularidad íntima, como un principio cósmico y universal que debe integrarse con la Gran Inteligencia de Vida Universal. Para ello viene al mundo que es la escuela en donde aprende en unas circunstancias especificas (familiares, sociales, laborales, medio-ambientales y sobre todo íntimas) que la vida es ilusoria, de aquí que sus grandes aspiraciones han sido desde siempre alcanzar la libertad, la felicidad, el poder, la sabiduría, el amor, el bienestar, la Paz, etc., nobles anhelos del ALMA que al verse privada de ellos padece frustración, dolor físico y moral, insatisfacción, desasosiego, fracaso, amargura, etc.

   Por todo ello el ser humano ha buscado desde siempre un Conocimiento que le de una explicación clara y convincente, que le colme de satisfacción hasta los niveles más profundos de su íntima psicología. Un Conocimiento que venga a unir en él, lo que conoce, con lo que desea conocer y con lo que él es en realidad. Que le abra las puertas de los misterios de la Naturaleza y el Universo. “HOMO GNOSCE TE IPSUM”. Hombre conócete a ti mismo y conocerás el Universo y a Dios.

   La Filosofía, el Arte, la Religión, la Ciencia, la Antropología, la Psicología, el Esoterismo etc., han despertado numerosas inquietudes, pero no han servido para descubrir una Sabiduría Esencial, que está más allá del razonamiento intelectivo...

   Esta Sabiduría es la GNOSIS de los Grandes Misterios arcaicos de las escuelas iniciáticas del Tíbet, la India, Caldea, Babilonia, Egipto, Grecia, Perú, Bolivia, México, etc. El Conocimiento Revelador de la Verdad que está oculta a los sentidos y que sólo se transmitía en forma muy hermética a discípulos maduros espiritualmente después de cierto adoctrinamiento en las escuelas de los misterios que llevan su nombre, como Heliópolis, Osiris, lsis, Apolo, Efeso, Samotracia, Eleusis, Quetzalcoatl, Huiracocha, etc.

   Cuando hablamos de Conocimiento Gnóstico, no debe entenderse como una mera información sobre materias exóticas que vengan a satisfacer la curiosidad intelectual, sino a la expresión de algo real, tangible y evidente como es el caminar, el respirar, el sentir, el pensar. Es el llegar a conocer las causas de toda acción interna o externa al ser humano, a través de la introspección y sin más instrumentos que la propia conciencia...

   Amable lector, la Iniciación en este Conocimiento, está más allá de toda creencia o aceptación de una ideología religiosa o filosófica; es el reconocimiento de algo grandioso y eterno que siempre estuvo presente en ti pero que ignoraste durante mucho tiempo porque tu conciencia se durmió. “TU MISMO”.

   No es un acto de conversión, ni de simple Fe, es el renacimiento a una nueva conciencia que otorga a quién la alcanza sabiduría, amor, magia, poder, una visión de si mismo y de las cosas que nos rodean radicalmente distinta...

   Por lo tanto no es patrimonio de ninguna escuela filosófica o religiosa, ni de ningún grupo sectario, sino que es patrimonio del Alma, así que no lo podemos hacer coincidir con ninguna tendencia espiritualista...

   Reflexiona, amable lector, por un momento sobre esto:
  Más allá de tu persona y de tu cuerpo, ¿qué eres en realidad? ¿De donde vienes? ¿A dónde vas?... ¿Por qué te ocurren ciertas cosas que no aciertas a comprender del todo en tu ámbito familiar, personal, social, aunque muchas veces culpes a los demás de lo que ocurre? Parece como sí la vida te hubiera elegido a ti precisamente para ser más feliz que nadie unas veces y otras más desgraciado o desgraciada que nadie. ¿No sabes que eso nos ocurre a todos sin excepción en la intimidad profunda? No todos tienen el valor de aceptar todo esto y menos son aún los que son conscientes de ello y de sus causas.

   ¿Por qué sufres muchas veces en el silencio de tu soledad, aunque tu naturaleza interior te lleve a olvidar pronto…?
Al final de todo... ¿acaso tus esfuerzos físicos y psíquicos no van encaminados a adquirir mayor felicidad, poder y bienestar…? Pero sinceramente, ¿qué has conseguido hasta ahora, seas rico o pobre, creyente o ateo, culto o inculto, hombre o mujer...?

   Con toda generosidad podemos decir que mientras no dirijamos nuestros esfuerzos y atención hacia el interior de nosotros mismos, estamos malgastando nuestra vida en cosas vanas que no perduran en el tiempo. Recuerda: “HOMO GNOSCE TE IPSUM”.

   La vida nos enseña que venimos desnudos y nos vamos desnudos. En el fondo y a la hora de la verdad sólo nos tenernos a sí mismos. “Toma conciencia de esto, y que la ilusión de que tienes pertenencias, no te haga olvidar lo que eres y donde estás en cada paso que das en tu desarrollo, porque la ilusión trae aparejada la desilusión como principio dualista de la existencia. No olvides que la muerte es el depósito de la vida así como el reposo lo es de la actividad, ambas tienen su punto de contacto en el silencioso tronar de la SABIDURIA INMORTAL”.