ENTRADA GRATUITA (Aforo limitado)
Día 10 de julio de 19:30 a 21 h.
Lugar: CENTRO “ESENCIAL”
C/ Calabazas, nº 21
“Conocerse a sí mismo es haber logrado
la identificación con su propio Ser divinal”.
La conciencia no es libre. Está atada, ligada a los procesos del mundo y sus resultados. Queda condicionada a las necesidades del entorno que ella misma ha permitido. Buscando valores eternos ha quedado atrapada entre valores temporales, valores cambiantes que conllevan egoísmo.
La conciencia tiene una contraparte, una sombra generada por el abandono de su verdadera realidad. Esta contraparte engendra el egoísmo que la reviste y este, ha creado un entorno social donde se desenvuelven nuestras vidas.
En última síntesis somos conciencia, cada uno de nosotros lo somos. Pero la ilusión del mundo nos hace olvidar nuestra realidad. Nuestra conciencia dormida se reviste de una identidad que termina siendo falsa, engañosa, cambiante. Esta identidad se rodea de valores que ahora remarcan la naturaleza egoica y en muchos casos están muy lejos de los valores virtuosos que revestían a la conciencia originalmente.
La ilusión de individualidad se acrecienta a medida aumenta la diferenciación con lo semejante. La afinidad entre nosotros tiende a desaparecer cuando la conciencia queda más sumida en el letargo que la apaga. Cada vez más nos identificamos con nuestra identidad falsa y por tanto remarcamos más la separación con los demás. Queriendo ser diferentes, nos autoengañamos justificando nuestras intenciones con el baremo que mide a los demás.
Tras mucho sufrir puede que un día la conciencia logre crearse un entorno favorable para fructificar. Sus errores se convierten en oportunidades para crecer. Cuando la conciencia siente el impulso desde dentro de comulgar con su realidad única y verdadera, tiene inevitablemente que luchar por desandar el camino hecho. Necesita entonces encender en su interior la llama que alimente el faro que la ha de guiar.
La Gnosis nace en el interior de todo aquel que busca sinceramente desvelar su propio misterio. Gnosis es conocimiento superior, más allá del entendimiento común de la mente que vive para el mundo. Este conocimiento no pertenece a nadie, es propiedad de la humanidad y nos lleva a desvelar nuestra realidad verdadera. Las experiencias interiores forman parte del camino de autodescubrimiento. Vamos comprendiendo y separándonos de todo lo que nos sobra y nos es ajeno, de todo aquello que ha quedado agregado a nuestro interior. Cuando caminamos con sinceridad y humildad, sacrificándonos por purificar nuestra luz interior, el universo entero se conmueve. Nuestro espíritu nos apoya entonces desde dentro y nuestra alma empieza a despertar a una realidad perdida hace mucho tiempo.
Cuando le permitimos a nuestro Ser interior profundo hacer por nosotros, la Gnosis nace en nuestro corazón...
Día 10 de julio de 19:30 a 21 h.
Lugar: CENTRO “ESENCIAL”
C/ Calabazas, nº 21
“Conocerse a sí mismo es haber logrado
la identificación con su propio Ser divinal”.
La conciencia tiene una contraparte, una sombra generada por el abandono de su verdadera realidad. Esta contraparte engendra el egoísmo que la reviste y este, ha creado un entorno social donde se desenvuelven nuestras vidas.
En última síntesis somos conciencia, cada uno de nosotros lo somos. Pero la ilusión del mundo nos hace olvidar nuestra realidad. Nuestra conciencia dormida se reviste de una identidad que termina siendo falsa, engañosa, cambiante. Esta identidad se rodea de valores que ahora remarcan la naturaleza egoica y en muchos casos están muy lejos de los valores virtuosos que revestían a la conciencia originalmente.
La ilusión de individualidad se acrecienta a medida aumenta la diferenciación con lo semejante. La afinidad entre nosotros tiende a desaparecer cuando la conciencia queda más sumida en el letargo que la apaga. Cada vez más nos identificamos con nuestra identidad falsa y por tanto remarcamos más la separación con los demás. Queriendo ser diferentes, nos autoengañamos justificando nuestras intenciones con el baremo que mide a los demás.
Tras mucho sufrir puede que un día la conciencia logre crearse un entorno favorable para fructificar. Sus errores se convierten en oportunidades para crecer. Cuando la conciencia siente el impulso desde dentro de comulgar con su realidad única y verdadera, tiene inevitablemente que luchar por desandar el camino hecho. Necesita entonces encender en su interior la llama que alimente el faro que la ha de guiar.
La Gnosis nace en el interior de todo aquel que busca sinceramente desvelar su propio misterio. Gnosis es conocimiento superior, más allá del entendimiento común de la mente que vive para el mundo. Este conocimiento no pertenece a nadie, es propiedad de la humanidad y nos lleva a desvelar nuestra realidad verdadera. Las experiencias interiores forman parte del camino de autodescubrimiento. Vamos comprendiendo y separándonos de todo lo que nos sobra y nos es ajeno, de todo aquello que ha quedado agregado a nuestro interior. Cuando caminamos con sinceridad y humildad, sacrificándonos por purificar nuestra luz interior, el universo entero se conmueve. Nuestro espíritu nos apoya entonces desde dentro y nuestra alma empieza a despertar a una realidad perdida hace mucho tiempo.
Cuando le permitimos a nuestro Ser interior profundo hacer por nosotros, la Gnosis nace en nuestro corazón...
“La Gnosis, como conocimiento revelador y por ende conocimiento salvador, es el proceso íntimo mediante el cual la voluntad de lo divino, que habita en cada uno de nos, como Pneuma trascendental, presiona sobre la psiquis humana con un propósito muy definido: el logro de su autorrealización”.
