1.12.11

"EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA"
Conferencia

   Dedicamos nuestros días a rodearnos de un entorno que cumpla con nuestras expectativas. Empleamos nuestro tiempo y dinero en procurarnos aquello que consideramos nos va a hacer la vida más cómoda, agradable y feliz. A veces nos toca vivir una vida en la cual apenas tenemos recursos para poder emplear en dicho afán y a duras penas nos conformamos, contemplando como otros disponen de elementos que consideramos hacen la vida más llevadera.
   Nos equivocamos por completo. Las leyes que gobiernan la naturaleza y nuestras vidas son leyes que oprimen, pero estas pueden llegar a ser trascendidas. Los cambios continuos que operan en todo lo manifestado pueden llegar a ser como el rumor de las olas o como el viento que sopla dulcemente acariciando nuestros rostros.
   Lastimosamente mientras estemos sujetos a ideas preconcebidas sobre como vivir nuestras vidas, amarrados al deseo y sus múltiples facetas, el rumor de las olas del océano de la vida se convertirá en un tormentoso mar que nos engullirá sin remedio.
   Evitamos sufrir, no queremos sufrir los avatares que la vida a menudo nos tiene guardados y no nos damos cuenta que nosotros mismos somos los que los creamos. Cuanta más seguridad buscamos, más inseguros viviremos. Cuanta más comodidad queramos para rodear nuestra vida en suaves algodones, más espinas sembraremos en el camino.
   El secreto de todas las cosas reside en nuestro interior y nuestra conciencia tiene las respuestas. Desgraciadamente vive embotellada en todo ese batallar de deseos y preocupaciones por obtener una vida mejor, por satisfacer el último capricho, o incluso por poder encontrar trabajo para subsistir, o lograr un lugar para vivir donde pueda uno estar tranquilo sin el mundanal ruido, o encontrar un camino espiritual salvador, o un sin fin de deseos y metas que no hacen más que alimentar nuestras fantasías y nuestros deseos. De este modo la mente se encuentra sometida a un continuo batallar de antitesis, una tensión creada entre lo que consideramos bueno o malo, mejor o peor. Una mente así no libera jamás su sufrimiento. De este modo la intuición siempre está condicionada y la conciencia sometida. En este estado la conciencia sueña un sueño profundo.
   Para liberarnos tenemos que empezar por dejar de soñar. Ser más conscientes del momento presente. Despertar la conciencia es algo necesario. Vivimos atrapados en un sueño del que no queremos despertar. Queriendo vivir la vida lo que ocurre es que la vida nos vive a nosotros y nuestra conciencia queda de lado.
   En esta conferencia vamos a hablar sobre el sueño de la conciencia y como poderla ir despertando de la mano de un conocimiento que está impreso con letras de fuego en nuestros corazones.



   Acción sin distracciones, sin escapatorias, sin fantasías, sin abstracciones de ninguna especie.
   Cambiad vuestro carácter, amadísimos, cambiadlo a través de la acción inteligente, libre del batallar de los opuestos.
   Cuando se les cierran las puertas a las fantasías, se despierta el órgano de la intuición.
   La acción, libre del batallar de los opuestos, es acción intuitiva, es acción plena. Donde hay plenitud, el yo está ausente.
   La acción intuitiva nos conduce de la mano hasta el despertar de la conciencia.
   Trabajemos y descansemos felices, abandonándonos al curso de la vida. Agotemos el agua turbia y podrida del pensamiento habitual y en el vacío fluirá la Gnosis, y con ella, la alegría de vivir.
   Esta acción inteligente, libre del batallar de los opuestos nos eleva a un punto en el cual algo debe romperse. Cuando todo marcha bien, se rompe el techo rígido de pensar, y la luz y el poder del Íntimo, entran a raudales en la mente que ha dejado de soñar.
   Entonces, en el mundo físico y fuera de él, durante el sueño del cuerpo material, vivimos totalmente conscientes e iluminados, gozando la dicha de la vida en los mundos superiores.
   Esta tensión continua de la mente, esta disciplina, nos lleva al despertar de la conciencia. Si estamos comiendo y pensando en negocios, es claro que estamos soñando. Si estamos manejando un automóvil y estamos pensando en la novia, es lógico que no estamos despiertos, estamos soñando. Si estamos trabajando y estamos recordando al compadre o a la comadre, al amigo o al hermano, etcétera, es claro que estamos soñando.
   La gente que vive soñando en el mundo físico, vive también soñando en los mundos internos durante aquellas horas en que el cuerpo físico está durmiendo.
   Se necesita dejar de soñar en los mundos internos. Cuando dejamos de soñar en el mundo físico, despertamos aquí y ahora y ese despertar aparece en los mundos internos.
   Buscad primero la iluminación que todo lo demás se os dará por añadidura.
   Quien está iluminado ve el camino, quien no está iluminado no puede ver el camino y fácilmente puede extraviarse en la senda y caer en el abismo.
   Son terribles el esfuerzo y la vigilancia que se necesitan de segundo en segundo, de instante en instante, para no caer en ensoñaciones. Basta un minuto de descuido y ya la mente está soñando al acordarse de algo, al pensar en algo distinto al trabajo o al hecho que estamos viviendo en el momento.
   Cuando en el mundo físico aprendemos a estar despiertos de instante en instante, en los mundos internos, durante las horas del sueño del cuerpo físico y también después de la muerte, vivimos despiertos y auto-conscientes de instante en instante.
   Es doloroso saber que la conciencia de todos los seres humanos duerme y sueña profundamente, no solamente durante aquellas horas de reposo del cuerpo físico, sino también durante ese estado, irónicamente llamado de vigilia.
   La acción, libre de dualismo mental, produce el despertar de la conciencia.

Samael aun Weor



Día:  30 de marzo de 2012 a las 20 h.
Lugar:   CENTRO  “ESENCIAL”
C/ Calabazas, nº 21. Valencia.
www.esencial.biz