10.11.12

"SIMBOLISMO ESOTÉRICO DE LA NAVIDAD"
Conferencia




   Inútilmente habría nacido Jesús en Belén, si no naciera en nuestro corazón también. Inútilmente habría muerto y resucitado en la Tierra Santa, si no muere y resucita en nosotros también.
Esa es la naturaleza del Salvator Salvandus.
   Cuando un Hombre está debidamente preparado pasa por la Iniciación Venusta. Consigue así la encarnación del Cristo Cósmico dentro de su propia naturaleza.
   Se hace necesario que en nosotros nazca el Cristo-Sol.
Samael Aun Weor





   Todos los años ocurre un acontecimiento cósmico de gran trascendencia para nosotros, no obstante pasa desapercibido entre luces, celebraciones y regalos. Ese acontecimiento es lo que llamamos la Navidad.

   La Naturaleza expresa a través del Sol, el nacimiento desde sus entrañas de un Redentor dispuesto a liberarnos de las cadenas de la oscuridad. Nuestras conciencias deberían sentir la necesidad de prepararse para la llegada de un Poder Superior capaz de eliminar todo nuestro sufrimiento. Nuestro corazón anhelante necesita el nacimiento de ese Rector del Mundo, que nos facilitaría la entrada a una vida libre de obstáculos y llena de dicha superior.

   La Navidad es un acontecimiento macrocósmico que se puede repetir en el corazón del microcosmos hombre y que nada tiene que ver con eso en lo que nosotros hemos convertido la Navidad. El acontecimiento del solsticio de diciembre es una representación que la Madre Naturaleza nos muestra a todas las criaturas que respiramos dentro de su seno, para que seamos capaces de imitarla como hace cualquier criatura viendo a su madre y siguiendo sus enseñanzas.

   El Sol dentro de nosotros es nuestro propio Espíritu, nuestro Íntimo. Nuestro Sol interior busca realizar el acontecimiento de Belén en nuestro corazón. Si logramos prepararnos para su llegada, se gestará silenciosamente entre las reconditeces más humildes de nuestro corazón. En el establo de nuestra psiquis, entre nuestras vanidades y pasiones, será alumbrado y será adorado por lo más sencillo y noble en nuestro interior. Recibirá los presentes que con nuestro esfuerzo, sus altezas las nobles partes elevadas de nuestro Ser le otorgarán.


   Cristo-Sol naciendo en el corazón, es el anhelo al que aspira todo aquel que sienta y ame la necesidad de integrarse con la Energía Universal de Vida. Su Fuego purificador limpiará nuestro templo interior de todos los mercaderes que han estado hasta ahora comerciando y profanando lo sagrado. Su potencia de Luz apartará de nosotros todo lo indeseable, que será expulsado al abismo, su morada original. Las fuerzas del Averno se ven obligadas así a retirarse ante la fuerza Crística. Cuando sentimos sufrimiento en nuestras vidas por una u otra cuestión, es porque ese sufrimiento está instalado en nuestro corazón. Las fuerzas oscuras que alimentan ese sufrimiento nada pueden contra el Señor de los Mundos.

   Cristo es una Potencia Consciente que se hace hombre a través de todo aquel que queda debidamente preparado. Cristificados ha habido y seguirá habiendo. Cada uno de ellos realiza su labor en arreglo a su misión en el escenario de la Creación. Cristo es el Mediador, él nos lleva al Padre. Quien quiera regresar al seno del Padre debe anhelar en su intimidad interior la Navidad del Corazón.